En Colombia, niños, niñas y adolescentes se inclinan por clases presenciales y sienten ser más felices y aprender más si regresan a la escuela: destaca el sondeo de opinión realizado por la Fundación Barco a más 920 niños de diferentes instituciones educativas del país.
Bogotá, octubre 5 de 2021. Sentimientos de cansancio y aburrimiento; no tener las herramientas suficientes para estudiar desde casa, escaso acceso a internet y a redes sociales como WhatsApp, así como tener que dividir el tiempo entre hacer tareas y ayudar con las labores domésticas, son algunas de las conclusiones que destaca el sondeo de opinión realizado por la Fundación Barco a 920 niños, niñas y adolescentes de instituciones educativas en diferentes lugares del país; el cual sirvió como base para analizar los retos de la educación en el gran Foro de Educación “Sentir, vivir y aprender en pandemia: la experiencia de los niños, niñas y adolescentes” realizado por la Fundación Barco, en alianza con la Escuela de Gobierno “Alberto Lleras Camargo” de la Universidad de los Andes.
En el evento participaron Stephanie Jones y Fernando Reimers, docentes de la Universidad de Harvard, quienes destacaron la importancia de los aprendizajes socioemocionales durante la pandemia y presentaron algunas claves para la recuperación y reconstrucción de las oportunidades educativas y el desarrollo de la resiliencia del sistema.
Durante su intervención, Fernando Reimers invitó a pensar en cómo hacer para seguir adelante y propender por el mejoramiento de la educación. Dentro de las ideas que destacó está la educación integral; la educación basada en problemas y proyectos; el rediseño del rol del profesor y de los currículos académicos; así como pensar en las escuelas como organizaciones de aprendizaje y generar más conexiones y colaboraciones entre escuelas y otras instituciones. Resaltó además la importancia de currículos y pedagogía de alta calidad, así como una mayor preparación para lo
desconocido (ambigüedad, adaptabilidad, superación supervivencia y capacidad para un aprendizaje mas profundo y continuo), entre otras propuestas.
“Los cierres de escuelas fueron más prolongados en países donde los estudiantes tenían niveles más bajos de rendimiento educativo, medidos a través de evaluaciones comparadas como PISA (OCDE 2021). En ese contexto, profesores y administradores de la educación se vieron obligados a innovar para dar continuidad a la educación durante las interrupciones causadas por la pandemia y recuperar las pérdidas de aprendizaje resultantes de las deficiencias en las modalidades alternativas de educación, que fueron configuradas rápidamente para enseñar de forma remota. Aunque el efecto neto de la pandemia en la educación fue negativo, también hubo algunos impactos positivos. Es importante destacar que los educadores desarrollaron una variedad de innovaciones para mantener las oportunidades educativas durante el período de suspensión de la educación presencial.”, resaltó Fernando Reimers, profesor de la universidad de Harvard, durante su intervención en el Foro.
Por su parte, Stephanie Jones, profesora también de Harvard, destacó en su intervención que los soportes emocionales y sociales son fundamentales en los procesos educativos. “Debemos establecer lugares de cuidado seguros, enseñar de manera directa y segura las habilidades sociales y emocionales para tener una educación creativa. Debemos pensar en los niños, pero también en los adultos para que puedan dar soporte. Hay mucha tensión en los desafíos que se enfrentaron en la pandemia. Muchos niños no volvieron a la escuela y lucharon contra el proceso académico, no tenían
acceso a internet lo que dificultó sus procesos de aprendizaje”.
Durante el foro se realizó un panel en el que la voz de los niños, niñas y adolescentes se hizo presente, destacando que el escaso acceso a internet, herramientas tecnológicas y la falta de contacto con profesores y amigos limitaron los procesos educativos. Los pequeños hicieron un llamado a mejorar la infraestructura de sus escuelas y a retornar a las aulas.
De este panel participaron Constanza Alarcón - Viceministra de Preescolar, Básica y Media del Ministerio de Educación Nacional; Valentina Polo - Estudiante de 17 años de la Institución Educativa de Palmar de Candelaria del municipio de Luruaco - Atlántico; Juan José Marín - Estudiante de 12 años de la Institución Educativa Fortunato Gaviria Botero de la Vereda Río Claro del Municipio Villamaría - Caldas; y Aída Oliver - Representante de la Oficina de Colombia del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia - UNICEF -.
La viceministra de Educación, atendiendo al llamado de los niños reiteró el trabajo que desde el Ministerio se viene haciendo, no solo en materia de infraestructura sino en acercamiento y análisis con las diversas instituciones educativas y organizaciones territoriales para hacer frente a los desafíos que marcó la cuarentena y que impone la educación postpandemia. Por su parte, la representante de UNICEF reiteró el llamado a retornar a las escuelas.
En el marco del foro, la Fundación Barco y La Universidad de los Andes presentaron los resultados de un estudio sobre la magnitud de las brechas educativas en el país a raíz de la pandemia y cómo esto se reflejó en los resultados de las pruebas SABER 11 de 2020. Dicho estudio destacó que, en 2020, el cambio en la desigualdad promedio en las pruebas Saber 11 frente al periodo 2016-2019 aumentó para la mayoría de las características (género, tenencia de libros, educación de los padres, etnia, computadores en casa, conectividad, entre otras) en contra de los más vulnerables. La
magnitud de estos cambios generados en 2020 es, en su mayoría, mayores al 100%.
Estos cambios en la desigualdad, de acuerdo con el estudio, corresponden a estudiantes que enfrentaron la pandemia únicamente durante el último año de bachillerato. Es decir que sus trayectorias educativas fueron truncadas únicamente en el último año. Por lo tanto, las consecuencias para estudiantes menores pueden ser aún mayores.
La pandemia entre otros desafíos cambió para siempre la perspectiva educativa no sólo en Colombia, sino a nivel global y abrió nuevos horizontes a la inclusión de la tecnología como una forma innovadora de acompañar a los estudiantes en su desarrollo personal y académico.
“Tal y como lo reafirman las cifras entregadas recientemente por el DANE, la asistencia de los niños, niñas y adolescentes a las escuelas y colegios cayó, lo que es dramático y demanda de un trabajo articulado para fortalecer los procesos educativos y aumentar los niveles de permanencia escolar en el país. En este proceso, escuchar la voz de los estudiantes será fundamental para construir estrategias y acciones de política pública. Desde la Fundación Barco trabajamos y lo seguiremos haciendo por la permanencia escolar y por enamorar a niños, niñas y adolescentes de sus procesos educativos”, destacó Alfonso Otoya, Director General de la Fundación Barco.
Acerca de la Fundación Barco. La Fundación Barco es una organización independiente con más de 50 años de experiencia en la promoción del desarrollo social en Colombia, que busca enamorar a niños, niñas, adolescentes y jóvenes de sus procesos de aprendizaje. De este modo, tiene entre sus acciones estratégicas establecer diálogos con diferentes actores para generar discusiones propositivas alrededor de temas estructurales y específicos que afectan a la educación del país, posicionado esta discusión en las agendas de política pública y opinión nacional.
Más información:
Gabriel Umaña Suárez
Coordinador de Comunicaciones
Fundación Barco
Mail: gumana@fundacionbarco.org